Residencias, viviendas y ciudades donde envejecer con salud

Esta crisis ha puesto de manifiesto la elevada vulnerabilidad de las personas mayores a la COVID-19, lo que necesariamente nos obligada a evaluar los factores que han influido en relación con la alta mortalidad en residencias (más del 50 % de las muertes en Europa). Condicionantes socioeconómicos, de salud, culturales y ambientales afectan a la calidad de vida de las personas. El entorno urbano y la calidad del lugar de residencia es un factor muy relevante. En ese sentido, se está haciendo evidente la necesidad de transformar el modelo residencial para ofrecer diferentes alternativas al grupo heterogéneo que conforman las personas mayores. Abordar esta cuestión desde el punto de vista del urbanismo es crucial para definir una hoja de ruta coordinada entre los diferentes agentes y establecer una estrategia urbana inclusiva y sostenible: residencias de mayores y centros de día accesibles a pie o en transporte público y que estén perfectamente conectadas con el tejido del barrio, constituyendo lugares de encuentro intergeneracionales activos.
Con la situación de crisis de la COVID-19 se ha puesto en evidencia la necesidad de repensar en estos equipamientos, el modelo de atención en general, y de exigir unas medidas de control en la gestión. Es una oportunidad para pensar en espacios saludables y conectados con la comunidad.
Sobre la autora
Este es un pequeño resumen del artículo “Residencias, viviendas y ciudades donde envejecer con salud” escrito por Elisa Pozo Menéndez, investigadora sobre salud urbana y envejecimiento activo en el Departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio, Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y Ester Higueras, profesora titular del departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio, Universidad Politécnica de Madrid (UPM).
Más Recursos



